miércoles, 21 de enero de 2015

Mudanza

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sábado, 20 de diciembre de 2014

Maleta de libros: los 14 del 14

Edmund Charles Tarbel / In the Orchard / 1891
1. La casa lúgubre. Charles Dickens. Empecé el año con esta novela, que era la preferida de Scott Fitzgerald de entre todas las del autor. También se ha convertido en mi preferida. A muchos les resulta inverosímil el personaje de Esther Summerson, la protagonista. Es curioso cómo hoy se acepta el Mal (véase cualquier serie de televisión de éxito) y, sin embargo, se percibe como increíble el Bien. Lo bueno de Dickens, y por eso es único, es que aquí está todo: el horror, el amor y, como siempre, el humor.

2. El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani. Y este es el libro que me acompaña estos últimos días del año. He dejado a Micòl y Alberto conversando en su estudio, preparando sus tesis, a caballo entre Ferrara y Venecia, en los mejores años de su juventud, mientras Mussolini y Hitler sellaban el pacto de Munich… “¡Oh, el invierno de 1938-39! Recuerdo aquellos largos meses inmóviles, como suspendidos por encima del tiempo y la desesperación”.

Entre uno y otro, ha habido otros muchos, entre los que destaco los siguientes:

3. El fragor del día. Elizabeth Bowen. Una historia de amor como son siempre las de Elizabeth Bowen, frágiles, siempre al borde de la ruptura, como si el amor llegara a destiempo, aquí en el Londres bombardeado de la II Guerra Mundial.

4. Fiebre romana. Edith Wharton. Un relato sorprende hasta el final. Una historia sobre la amistad, el amor, los celos y el paso del tiempo bajo el hechizo de un atardecer en Roma.

5. Escribir. Robert Louis Stevenson. Además de cuentista, escritor de novelas de aventuras y de libros de viajes, Stevenson fue muy buen crítico. Este libro recoge muchas de sus reseñas, prólogos y textos en los que reflexiona sobre el arte de ficción y la elaboración de sus propias obras. Este libro de tapas amarillas está tan bien editado y está tan lleno de buenas ideas y sugerencias literarias que se ha pasado el año deambulando por la casa, siempre a mano.

6. Huye rápido, vete lejos. Fred Vargas. No suelo leer novela negra, pero Fred Vargas es diferente. Este libro de asesinatos es con el que más me he reído este año. A carcajada limpia con su disparatado comisario Adamsberg. Imaginativo, divertido, extraño y muy bien escrito.

7. Ida Elisabeth. Ingrid Undset. Una novela maravillosa por la maestría de sus descripciones, tanto de la naturaleza como de la psicología de los personajes. En ellas se sostiene Undset para contar la evolución del carácter de su protagonista a lo largo del tiempo. Nunca he visto mejor escrito ese paso del tiempo en la transformación de las emociones para captar el aprendizaje de la experiencia.

8. El alcalde de Casterbridge. Thomas Hardy. Aquí tenemos otra vez a un puñado de seres pequeños enfrentados al destino, empeñados en arremeter contra los fantasmas creados por el carácter, que les hace elegir siempre el camino para el que están menos preparados.

9. El rector de Justin. Louis Auchincloss. Una novela intelectual y reflexiva, de la forma que saben hacerlo los americanos, con buenos diálogos, escenas capaces de atrapar la esencia de los personajes, etc. De lo mejor.

10. El cielo de Lima. Juan Gómez Bárcena. Una novela muy reciente que me recomendó una alumna, Tania, que vino a contarme que había conocido al autor. Se lo acepté por cortesía y en un rato libre en el despacho lo abrí para ver cómo empezaba. Y ya no pude dejarlo. Un libro escrito al margen de las modas, con una prosa rica, imaginación verbal, humor y amor por los personajes, una historia interesante con escenas llenas de vida.

11. Picnic en Hanging Rock. Joan Lindsay. Solo recordar la lectura de esta novela me pone los pelos de punta, como un verano de esos ardientes que trae malos prentimientos. Todo puede resultar hermoso y, a la misma vez, aterrador. 

12. La señorita Dashwood. Elizabeth Taylor. La mansión Cropthorne Manor es el escenario de una historia muy triste, melancólica, casi deprimente. Se cuenta en ella el doloroso despertar al amor de una joven inocente, Cassandra Dashwood, rodeada de personajes que han sufrido mucho en la vida.

13. Los paseos de circunvalación. Patrick Modiano. Había que intentarlo otra vez. De Modiano queda la atmósfera, los cafés llenos de humo, calles que se pierden en la niebla, seres recortados en el aire… Para mí, lo mejor de Modiano es que siempre me hace ir corriendo en busca de Boris Vian.

Je veux une vie en forme d’arête

Quiero una vida en forma de espina
En un plato azul
Quiero una vida en forma de cosa
En el fondo de un cacharro solo
Quiero una vida en forma de arena en las manos
En forma de pan verde o de jarra
En forma de chancleta blanda
En forma de cantinela
De deshollinador o de lila
De tierra llena de piedras
De peluquero salvaje o de edredón loco
Quiero una vida en forma de ti
Y la tengo, pero no me basta aún
No estoy nunca contento.

Feliz Navidad

sábado, 29 de noviembre de 2014

Las almas encarceladas de Stevenson


Cuando uno lee los cuentos de Stevenson no sabe si es posible encontrar el bien en este mundo, pero no le cabrá ninguna duda de que el diablo existe.

El Mal en estado puro asalta a los personajes, o mejor dicho, los espera. No es que ellos se sientan atraídos por el Mal, no lo buscan, pero en un momento dado toman una decisión que les conducirá hacia su encuentro, como si perdieran su libre albedrío y se vieran arrastrados por una corriente tan repulsiva como fascinante hasta desembocar en la oscuridad más absoluta. 

En ese infierno, cuyo lugar puede ser la memoria, la locura o el pecado, los personajes se quedan atrapados para siempre o, como almas encarceladas, acaban convertidos en fugitivos incapaces ya de volver a una vida normal.

“Perdóname si doy la impresión de querer enseñarte”, dice una de esas almas encarceladas en el relato Olalla, “yo que soy tan ignorante como los árboles de la montaña; pero los que aprenden muchas cosas no hacen más que arañar la superficie del conocimiento; entienden las leyes, conciben la dignidad de su propósito…, pero el horror del hecho real se esfuma de su memoria. Somos nosotros, los que nos quedamos en casa en compañía del mal, los que recordamos”

En casa en compañía del mal… el horror del hecho real... 

El mal es un presencia real en estos cuentos. Se puede tocar gracias a la habilidad de Stevenson para crear atmósferas. Frase a frase va tejiendo una malla que envuelve al lector y a los personajes hasta dejarlos frente al corazón de la historia, que nunca es sencillo ni claro, sino oscuro y melancólico como el pasional combate contra las flaquezas humanas.

***
R.L. Stevenson, de John Singer Sargent


Robert Louis Stevenson (1850 -1894) escribió mucho sobre al lado oscuro del hombre, pero nunca olvidó que lo que perseguía era la verdad. Una verdad a medias, pero verdad al fin y al cabo. En esa búsqueda había tres peligros que podían arruinar una obra de arte: la frivolidad, la falta de sinceridad y la parcialidad. Ofrecer una imagen engañosa del mundo y de la vida es una forma de inmoralidad que descalifica cualquier libro. Por eso no le gustaba nada Baudelaire y todo su "fárrago de horrores sin sentido". Tampoco sentía mucho aprecio por Edgar Allan Poe. Aunque admiraba su "increíble capacidad para adentrarse en esa cuestionable región que se extiende entre la cordura y la demencia", pensaba que su desbordante imaginación inclinaba sus relatos hacia el sensacionalismo. 

Algunas de estas opiniones están recogidas en 'Escribir. Ensayos sobre literatura', de la editorial Páginas de la Espuma, que ahora acaba de publicar los relatos de viajes de Stevenson


martes, 8 de julio de 2014

Maleta de libros

La prima Phillis, de Elizabeth Gaskell
Alba Editorial
"En una de sus obras de madurez, Elizabeth Gaskell pinta un magnífico retrato de una muchacha cuya sensibilidad y cultura la excluyen de los cánones del matrimonio". La autora de 'Norte y Sur' escribió este libro en 1863 y fue su penúltima obra, antes de 'Hijas y esposas'.

El fragor del día, de Elizabeth Bowen
Editorial Impedimenta
Novela de la irlandesa Elizabeth Bowen (1913-1980), autora de la imprescindible ‘La muerte del corazón’. Escrita en 1948, esta novela narra la historia de Estella Rodney una mujer que, en el Londres bombardeado de la II Guerra Mundial, descubre que el hombre a quien ama es sospechoso de vender secretos a los alemanes. Una novela sobre el amor y la libertad que podría haber escrito Graham Greene o Virginia Woolf.

Janet y Prudence, de Barbara Pym
Editorial Lumen
Londres. Años 50. Clase media inglesa. Seres corrientes, emociones singulares. Prudence, cuarenta años, casada, busca novio para su amiga Janet. “Su amor y su imaginación eran los que transformaban en únicos a los seres más insustanciales”. Barbara Pym (1913-1980), contemporánea de Muriel Spark, Jean Rhys o Iris Murdoch, es, según Guelbenzu, una de las escritoras más inteligentes que ha dado la narrativa inglesa contemporánea.

El rector de Justin, de Louis Auchincloss
Libros del asteroide
La vida de Francis Prescott, fundador de un colegio de élite de Boston, contada por un joven profesor, que recopila diversos testimonios de personas que lo conocieron. Más allá de la sensación de fracaso que abruma al rector al final de sus días, queda la constatación de la mejor enseñanza que recibieron sus alumnos: “la vida puede ser apasionante”. Una novela interesante y compleja como las vidas de sus personajes.

La casa de los siete tejados, de Nathaniel Hawthorne
Alianza Editorial
Una mansión en la que vivió un hombre turbio acusado de hechicería. Una historia de misterios, fantasmas y redención.

Ojo por ojo, de Anthony Trollope
Alianza Editorial
Una novela escrita en 1870 por el autor de ‘Las torres de Barchester’. Antes de tomar posesión de la fortuna familiar y casarse, el joven Fred se va de viaje a Irlanda a vivir aventuras antes de asumir sus obligaciones. Allí se enamora de Kate, una joven sin dinero que no será bien recibida por la familia de él.

El otro jardín y relatos completos, de Francis Windham
Editorial Libros del silencio
Todo lo que ha escrito este autor londinense nacido en 1924 está incluido en este volumen. ‘Lejos de la guerra’, su primer relato aparecido en 1974, ‘La señora Henderson y otros relatos’, de 1987, y su única novela, ‘El otro jardín’. Durante veinte años fue crítico del Sunday Times. Como escritor se le compara con Henry James.

Relatos, de Henry James
Editorial Debolsillo
Once relatos escritos por Henry James (1843-1916) entre 1883 y 1920 y clasificados por temas: En sociedad, Entre artistas, Entre muertos y En la desolación. “Trabajamos a ciegas; hacemos lo que podemos; damos lo que tenemos. Nuestra duda es nuestra pasión y nuestra pasión es nuestra misión. Todo lo demás no es sino la locura del arte”. Una buena selección de sus relatos con las mejores traducciones.

El señor de Ballantrae, de R. L. Stevenson
Akal
Un cuento de invierno para el verano,  con montañas brumosas, naufragios en lúgubres océanos y bosques helados para una historia de enfrentamiento entre el bien y el mal. Mucho más que una novela de aventuras del gran Stevenson: “El arte no imita la vida sino el lenguaje; no los hechos del destino humano sino la manera en que el actor humano destaca unos y oculta otros cuando habla de ellos”.

La inquietante Hester, de Anne Douglas Sedgwick
Editorial Rey Lear
Una novela escrita en los años veinte, pero que estuvo inédita en España hasta esta edición. Su autora es Ann Douglas Sedgwick (1873–1935), nacida en USA, educada en Londres, aprendiz de pintora en París, lectora de Emerson y Thoreau, amiga de Edith Wharton y Henry James. Creo que vale la pena conocerla.