miércoles, 4 de abril de 2012

Separados por el tiempo

Sueños (G.A. 2012)

Los sueños nos devuelven lo que hemos perdido, por eso les tenemos tanto miedo. Cerramos la puerta y tiramos la llave al mar. Sentimos la respiración golpeando el pecho, noche tras noche, y apretamos fuerte los párpados antes de despertar. Los sueños nos acercan lo que está separado de nosotros por el tiempo. Nos lo ponen delante y a veces incluso dejan que lo rodeemos con un abrazo fantasmal. Lo que hemos abandonado se hace tangible, pero solo lo podemos tocar con los dedos del pasado.

El corazón prefiere la derrota, el silencio, solo así seguimos adelante. Enmarcamos fotografías y las colocamos encima de la mesa. Son inofensivas, porque en ellas no está el alma ni la llamada de los sueños. Son mudas, como una vela apagada en la oscuridad. En las fotografías vemos a alguien tal como era en cierto momento del pasado, pero no están en ellas los días malgastados, el futuro que no ocurrió. En los sueños, sí. Llegan de día o de noche, y sigilosamente nos dejan un objeto de otro tiempo -un pendiente desparejado o una carta hallada entre las páginas de un libro-, donde palpita todavía la vida de la que fueron testigos.

Los sueños son recuerdos del alma. Nos hablan con palabras olvidadas que creíamos desaparecidas. Nos asaltan cuando menos lo esperamos y nos dejan un mensaje del tiempo: cada día vivido queda atrapado entre las ramas del sueño como un pájaro inmortal. ¿Pueden entonces ellos, de verdad, desatar el nudo del tiempo? ¿No serán solo voces simuladas con las que nos torturamos por las cosas que dejamos marchar? No lo sé, pero aunque despertemos y olvidemos, ellos volverán. Aunque solo sea para recordarnos que la verdad está en las grietas del tiempo, y que a través de ellas los sueños siempre encuentran la forma de recordarnos quiénes somos y quién estuvo con nosotros.

6 comentarios:

  1. Leído en días de sueños intensos (¿la primavera?), con un efecto a medias entre el bálsamo y el bisturí.

    Magnífico. Gracias.

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  2. ¡Uf! ¡que hermoso!

    .... la verdad está en las grietas del tiempo ....

    ¿nos atrevemos a lanzarnos por las grietas? .... seguro que encontramos sorpresas ....

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  3. También están los otros, los sueños que nos permiten vivir lo no vivido y aprovechar ese tiempo malgastado.
    Y es que los sueños no solo son los recuerdos del alma, también son su alimento.
    Hoy me faltan adjetivos para el post que nos regalas. Gracias.

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  4. Me pongo de pie y me quito el sombrero.

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  5. Preciosa reflexión sobre los sueños...son tan variados y de tantos tipos...y a veces, tenemos la suerte de vivir sueños...de esos que dejan al alma totalmente sorprendida...

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  6. Gracias por vuestros comentarios- Sois muy amables (el sombrero de Karmele vale mucho) y veo que estáis llenos de sueños. No he podido responder antes porque estaba de viaje - En Cádiz y Ronda, es decir, en un sueño (de esos de los que habla Francesca, de los que alimentan el alma), una grieta del tiempo, llena de sorpresas, bálsamo en grandes cantidades -y nada de bisturí. Una primavera con una luz que uno querría llevársela para siempre.

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