sábado, 31 de mayo de 2014

Memoria para olvidar



Aunque no está entre las mejores novelas de Ernest Hemingway, hay páginas muy buenas en 'Al romper el alba', como aquellas en las que el protagonista (el propio Hemingway, de safari en África con su mujer, Mary) rememora su vida en París y recuerda los cafés secretos que allí tenía para escribir, leer los periódicos o para estar solo y para no compartir con nadie. También hay diálogos estupendos como esa respuesta:
"Cuando empiece a preocuparme por lo que nos deparará el mañana, verás la luz de mi tienda encendida hasta altas horas de la noche"
O cuando se habla de la felicidad, del recuerdo, del olvido y del perdón:
"Estaba muy contento esa noche y Mary con su maravillosa memoria para olvidar también estaba feliz y sin problemas. Podía olvidar las cosas del modo más completo y encantador que yo hubiera visto nunca. Podía seguir con una pelea después de toda una noche, pero al cabo de una semana la olvidaba por completo y de verdad. Tenía en su interior una memoria selectiva que no siempre actuaba a su favor. En su memoria se perdonaba a sí misma y te perdonaba también a ti".
Hemingway cree que hay una forma buena y pura de hacer las cosas (cualquier cosa que uno considere importante). Se puede cazar un león con la "pureza y virtud más absolutas". La vida puede ser el aprendizaje de esa forma de hacer algo bueno y definitivo. Aunque ese algo se posponga una y otra vez, hasta que estamos preparados. Mientras llega ese momento el camino está jalonado de equivocaciones. Perdemos la fe en nosotros mismos y en quienes amamos, pero la volvemos a recuperar porque aún queda vida y aprendemos que lo que más deseamos nunca se consigue del todo.

Después de matar al león y arrodillarse ante el animal muerto y pedirle perdón, Hemingway se desvela por la noche y piensa en el alma. Cree que él no sabe nada del alma y recuerda algo que solía decirle su amigo Francis Scott Fitzgerald: "En la noche oscura del alma siempre son las tres de la mañana". Entonces siente alivio por haber matado al león, por haber terminado de una vez con la tensión y la lucha. Y piensa que la noche del alma no es más que "miedo y preocupación y remordimientos", y que él siempre podrá conjurar la desesperación cuando la sienta cerca...

"África es un lugar poco propicio para que una gran pena dure mucho tiempo cuando sólo hay dos personas en un campamento y cuando oscurece poco después de las seis de la tarde. No hablamos ni pensamos más en leones y el vacío en el que residía la pena de miss Mary estaba volviendo a llenarse con las cosas diarias y la extraña bondad de la vida y la venida de la noche". 
***


Ernest Hemingway (1899-1961) escribió Al romper el alba en los años cincuenta, al final de su vida. Dejó el manuscrito inacabado cuando llevaba 200.000 palabras y fue su hijo quien en los años 90 le dio forma a la novela y la publicó. Ha sido el último de los libros inéditos que dejó a su muerte, después de 'París era una fiesta', 'Islas a la deriva' y 'El jardín del edén'.

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