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| Verano (E.A. / 2011) |
Estoy llenando la maleta de libros para las vacaciones de agosto. Como soy un optimista incorregible, me llevo muchos más de los que sé que podré leer, pero solo al verlos formando una torre ya me parece que los días de vacaciones se alargan, como si cada título fuera una promesa de horas soleadas. Estos son algunos de los que quiero leer:
Los amores de Silvia, Elizabeth Gaskell
Aquel sofocante verano, Eduard Von Keyserling
Compañeros de viaje, Henry James
Gilead, Marilynne Robinson
Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera, Daniel Stashower
Romance en París, Franz Hessel
El pájaro espectador, Wallace Stegner
Florilegio, Christina Rossetti
Misterio y maneras, Flannery O'Connor
Cuentos completos, Lydia Davis
Este último (el que aparece en la fotografía) no entraba en mis planes, pero lo vi en la librería, brillando como una concha sobre la arena, y pensé que era algo más que un libro; lo sujeté entre las manos y lo imaginé en mi casa, sobre la mesa de la terraza, y en cada una de las habitaciones donde duerma estas vacaciones. Es el primer libro que he deseado como regalo por su belleza exterior, incluso a pesar de la sospecha de que no me gustará. Son cuentos extraños.
"A mediados del verano, yo, con diecisiete años, aún no me veía como parte de un relato. No tenía la menor idea de que, a veces, la vida se vuelve literatura, no por mucho tiempo, desde luego, pero sí lo suficiente para ser lo mejor que recordamos y con la suficiente frecuencia como para que lo que al final entendemos por vida sean esos momentos en que, en vez de ir de lado, hacia atrás, hacia delante o a ninguna parte, la vida forma una línea recta, tensa e inevitable, con una complicación, un clímax y -si hay suerte- una purgación, como si la vida fuera algo que se inventa, no que acontece". (de "El río de la vida", Normal McLean)
Los amores de Silvia, Elizabeth Gaskell
Aquel sofocante verano, Eduard Von Keyserling
Compañeros de viaje, Henry James
Gilead, Marilynne Robinson
Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera, Daniel Stashower
Romance en París, Franz Hessel
El pájaro espectador, Wallace Stegner
Florilegio, Christina Rossetti
Misterio y maneras, Flannery O'Connor
Cuentos completos, Lydia Davis
Este último (el que aparece en la fotografía) no entraba en mis planes, pero lo vi en la librería, brillando como una concha sobre la arena, y pensé que era algo más que un libro; lo sujeté entre las manos y lo imaginé en mi casa, sobre la mesa de la terraza, y en cada una de las habitaciones donde duerma estas vacaciones. Es el primer libro que he deseado como regalo por su belleza exterior, incluso a pesar de la sospecha de que no me gustará. Son cuentos extraños.
"A mediados del verano, yo, con diecisiete años, aún no me veía como parte de un relato. No tenía la menor idea de que, a veces, la vida se vuelve literatura, no por mucho tiempo, desde luego, pero sí lo suficiente para ser lo mejor que recordamos y con la suficiente frecuencia como para que lo que al final entendemos por vida sean esos momentos en que, en vez de ir de lado, hacia atrás, hacia delante o a ninguna parte, la vida forma una línea recta, tensa e inevitable, con una complicación, un clímax y -si hay suerte- una purgación, como si la vida fuera algo que se inventa, no que acontece". (de "El río de la vida", Normal McLean)
Algunos de los autores que te llevas no los conozco pero desde luego te felicito por la elección de la Gaskell, O'Connor, H. James...
ResponderEliminarDesde luego no te vas aburrir como no lo hacemos ninguno de los amantes de la buena literatura. Felices vacaciones.
Hola Miss Winnifred, pues yo me he pasado por tu blog, At Winnifred's, que recomiendo desde aquí, y me he llevado Alma en suplicio (prefiero las traducciones de antes con su disparatado encanto, que el esnobismo actual de dejarlas sin traducir) y La novia ladrona, y me quedo con muchas ganas de volver a ver Sabrina (no me gustó hace años, no recuerdo por qué). Gracias, y vuelve.
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